Hace poco pusieron en la televisión la película de Invictus. No puedo evitar incluir esta entrada, en unos momentos turbios como los que estamos viviendo, de mediocridad y en un entorno francamente negativo que no está sacando lo mejor de nuestros dirigentes, no sólo en España, sino a nivel mundial. Muchas cosas se pueden aprender de una persona como Nelson Mandela.
Una de las cosas que me emocionaron de esta película es el relato de cómo el poema «Invictus» le ayudó a sobrellevar su encierro de 27 años.
Este poema lo escribió William Ernest Henley, en 1875 y aquí lo pongo entero:
Más allá de la noche que me cubre,
negra como el abismo insondable,
doy gracias a cuales dioses fuere
por mi alma inconquistable.
En la cruel garra de la circunstancia
no he gemido ni llorado.
Sometido a los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero está erguida.
Más allá de este lugar de ira y llantos
yace sino el horror de la sombra,
Y aún la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
En el siguiente vídeo podéis escuchar la versión para España del poema que se hace en la película de Morgan Freeman: